Habitaciones para dormir, jugar y estudiar
Cómo diseñar un espacio multifunción para los chicos. Las formas, tamaños y disposición más apropiadas.
Pocos rincones de una casa cambian tanto con el paso
del tiempo como el cuarto de los niños. Sus gustos y necesidades van
modificándose a medida que crecen y el espacio tiene que adaptarse a
ellos.
Para repensar un cuarto infantil, Denise Muchnik, de DASH Design Team,
recomienda empezar tomando todas las medidas del cuarto: cuánto hay de
pared desde el piso a la ventana, la ubicación de los tomacorrientes y
la altura hasta el techo, para estar seguros de aprovechar cada
recoveco. “La idea es pensar el espacio estratégicamente para que dé una
sensación de amplitud aún incorporando todo el mobiliario que el dueño
del cuarto necesita”, sintetiza Muchnik. En este sentido, destaca el
equipamiento que reúne diversas funciones. “Un mismo mueble puede servir
para más de una cosa: una cómoda para apoyar la TV puede ser también un
módulo de guardado para juguetes y zapatillas; o una mesa de luz servir
como guarda-almohada”.
El agregado de
ruedas contribuye a sumar funcionalidad. “Al ponerle ruedas a una
cajonera abajo del escritorio podemos usarla de mesa para una merienda
con amigos porque la podemos estacionar en dónde más nos sirva, según
la ocasión”. Lo importante, destaca Muchnik, es generar dinamismo en el
diseño para que el mobiliario se adapte al usuario y no al revés.

Muchnik
aconseja crear una sensación de espacio integrado pero que al mismo
tiempo, éste pueda separarse en módulos. Como estrategia, recomienda
sectorizar mediante algunos detalles de decoración (como una colección
de autos en la parte de juegos) y distintos focos de luz. En este
sentido, la diseñadora Patricia Garrido describe una serie de reglas:
- Incrementando el número de fuentes de luz y colocándolas a diferentes alturas se le da más vitalidad al ambiente.
- La luz direccional debe iluminar el área de estudio para evitar la propia sombra y el encandilamiento.
-
La posibilidad de desplazar la fuente de luz o de poder regular su
intensidad permite adaptarlas a las necesidades actuales y futuras.

En cuanto al color de las paredes, los especialistas de la firma Alba
afirman que los matices fríos, azules, lavandas y neutros son los
ideales para los espacios en los que se busca generar gran
concentración. Contra un fondo de color crema cálido, los detalles de
color brillante agregan energía creativa al dormitorio de los niños. El
amarillo limón y el verde manzana invitan al juego, mientras que los
morados relajan, y el verde mejora la concentración. El estrecho vínculo
entre los verdes pálidos suaves y la naturaleza hace que el color
muchas veces sea percibido como un tono relajante que ayuda a bajar el
estrés y a evitar los sentimientos negativos. Los amarillos, en todas
sus gamas, estimulan la creatividad, y a la vez son grandes aliados para
iluminar cuartos pequeños. "Si se quiere ser original, un recurso
divertido es decorar una pared con pintura especial de pizarrón",
aconsejan desde Alba.
Fuente: http://arq.clarin.com
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios son bien recibidos!